lunes, 26 de noviembre de 2012

Embarazo: ¡Este cuerpo no es el mío!



Estaba yo hablando hoy de buena mañana con Carpeline cuando ha salido el tema de los cambios que sufre el cuerpo durante el embarazo....evidentemente no me he podido resistir y me he dicho: ¡Esto lo tengo que explicar en el blog!

La verdad, no os voy a engañar, es que el cuerpo cambia una barbaridad durante el embarazo. Y la mayoría de mommys-to-be llegan a exclamar: "¡Este cuerpo no es el mío!"
Es el ciclo de la mujer embarazada...tú lo dices, das a luz y te cruzas a una amiga embarazada que te lo dice, y tú le dices "¡Pues no te queda nada!" Y así pasas el testigo, ella se lo dirá a otra mamá siguiendo así con el ciiiiiiclo sin fiiiiiiiiin.

Lo primero que notas que va a cambiar son tus pechos, que te pueden empezar a doler enseguida (a mi, al día siguiente de concebir, parece mentira)  y al poquito tiempo se ponen duros y poco a poco empiezan a crecer....pero los cambios del pecho no acaban ahí....volverán más adelante.
Más tarde ves cambiar tu barriga...esa barriguita que primero parece cervecera, pero que tu enseñas orgullosa (y la gente debe pensar que en vez de embarazada, estás descuidada, pero tú ahí, con tus camisetas ajustadas, más chula que un ocho).

               mi barriguilla de (creo recordar) dos meses que puede pasar por cervecera.

Y a partir de ahí empieza el descontrol. Los pechos vuelven a cambiar...de aspecto, forma, el tacto de la piel, la forma de los pezones... ¡Ojo con esto! A mi con tantos cambios, hormonas y glándulas se me agrietaron muchísimo, me molestaban y a veces sabgraba. Esto me preocupaba mucho, ya que yo era y soy una total defensora de la lactancia materna, y me preocupaba que nacido Jan no pudiera darle el pecho.
Por suerte, mi comadrona me aconsejó una crema para solucionar el problema, y una vez tuve a Jan, no hubo más problema, se enganchó genial al pecho desde el principio y no he tenido ni un dolor, ni una grieta...nada.

La barrigota sigue creciendo , y junto con el punto anterior, hace que tengas que comprarte tus primeros pantalones premamá (que son la cosa más cómoda de la historia) ¡Por fin te empezarás a ver guapa de nuevo! ¡La ropa de antes te hacía sentir ya incómoda y te sentaba fatal!
Los sujetadores de lactancia son una buena opción, ya que además de ser muy cómodos, los puedes seguir usando después del embarazo si piensas dar el pecho.
Además, ahora los hay hasta con un poquito de relleno, que francamente, los otros que son un trozo de tela para tapar el pecho por cortesía, sientan como el culete....Lo que me hace recordar....
¡Los discos de lactancia! Que quedan fatal con esos sujetadores, porque se marcan y se pueden notar a través de la ropa... Pero que son muy muy útiles, ya que quieras o no dar el pecho, es muy probable que tus pechos empiecen a producir calostro al final del embarazo...No es leche, es la sustancia previa a ella y es muy muy rica y sana para el bebé...pero que si te despistas dejarás las camisetas y las sábanas echas un cromo.

Otro punto a tener en cuenta es que al final del embarazo se suelen retener muchos líquidos. La barriga está enorme...con su línea alba de arriba a abajo, y claro, todo lo que hay allí dentro pesa, pero además tu cuerpo parece más hinchado (hay quien se le ve que está a punto de parir porque se ponen como un globo un día antes de dar a luz) te pesan las piernas y se hinchan manos y pies.
Mi caso fue tremendo, ya que al pasar esta última etapa en verano (además un verano muy caluroso) me tuve que quitar los anillos y el reloj y para evitar comprar zapatos nuevos de dos tallas más grandes que luego no me servirían, acabé yendo con flip-flops hasta después de tener a Jan.

En este punto es cuando diría que peor lo pasas. Te ves enorme, te miras en el espejo y no te reconoces...y seamos sinceras....¡llevas meses sin poderte depilar en condiciones porque con la barriga de por medio es extremadamente difícil! Y a eso le sumas el último pesaje antes del parto y vuelves a casa deprimida y vas corriendo a tu matrona a que te aconseje una dieta...No es broma, yo aumenté 20 kilos y siendo pequeñita, retaquillo y poca cosa como soy, os podéis imaginar el susto cuando vi semejante número en la báscula. 

Pero aún queda una prueba más...¡El parto! (os hablaré en otro post de este tema) Que claro, según como sea el parto, tu cuerpo puede sufrir más cambios...Dos prácticas muy populares en este país (que no deberían serlo) son la cesárea y la episiotomía. Digo que se deberían hacer menos, porque deberían reducirse a los casos en los que fuera necesario, y no aplicarlas como una cosa habitual... (de eso ya hablaremos más adelante, no me liaré ahora a hablar de planes de parto y parto respetado) La cosa es que si tu parto acaba en cesárea, episiotomía o algún desgarro, evidentemente los médicos te pondrán puntos. No es doloroso, pero sí molesto (yo ahí tuve suerte y no me dolieron nada, sólo me molestaron un poco) Pero a lo que voy, en qué te cambia...la cicatriz aunque cada vez son más pequeñas, ahí estará, y en el caso de la epi, hay que tener cuidadito y mucha higiene, porque tener complicaciones con los puntos ahí abajo la puede liar parda...

Y llega el día. Ya tienes a tu bebé en brazos y en eso que lo dejas con su papi un rato, y tú, cuidadosamente, rebuscas entre las sábanas y el camisón del hospital to barriga....ese barrigón que fue la casita de tu bebé nueve meses....¿Dónde está? Inmediatamente después del parto la barriga se queda como si volvieras a estar de poquitos meses, y en los días siguientes, se acabará de colocar en su sitio....Si das el pecho, además de favorecer la pérdida de peso de la madre, ayuda a generar oxitocina, que devolverá poco a poco la matriz a su sitio y su tamaño.

Además, se dice que durante el parto pierdes unos ocho kilos sólo entre niño, líquido amniótico y placenta. Y por suerte la hinchazón de la retención de líquidos también disminuye hasta dejarte tus pies tranquilos y como antes. (esto puede durar más o menos según la mujer)

Y ya llegados a la cuarentena, esto es ya facilísimo. Dando el pecho ayudarás a recuperar tu figura, como ya hemos dicho, y los kilos se van esfumando. Sí, sacrificas tus pechos, pero creedme, que llegados a este punto, lo que puedan acabar de cambiar, ya será lo de menos. 
La barriga, sigue disminuyendo, pero aún está flojilla y mantiene la línea alba (esa línea oscura que recorre toda la barriga en vertical y que aparece en la mayoría de mujeres durante el último trimestro) aún sigue ahí, pero poco a poco irá desapareciendo. Cuando acabes la cuarentena y si todo está bien, puedes empezar a ejercitarte para recuperar la figura. Pero te darás cuenta que el peso que ganaste ya no es tanto, ya lo has ido perdiendo sin mucho esfuerzo. Aunque para acabar de poner el cuerpo a tono hasta te apetecerá un poco de ejercicio.

Cabe decir que a todo esto hay que sumarle los cambios hormonales (puede ser que te crezca más vello, pero tu melena estará más bonita que nunca) y psicológicos (no se exactamente a que se debe, pero tu cabeza deja de ser la de siempre...olvidas cosas...te cambia el carácter....)

Total,que puedes pasarte más de nueve meses sin ser tú. Pero poco a poco vas volviendo en ti, y aquello que no puedes cambiar a lo que era antes lo empiezas a mirar con otros ojos, y acabas dándote cuenta de lo que en realidad importa.

La maternidad es algo demasiado bonito, demasiado importante.....algo que no se puede explicar de grande y precioso que es...Tan grande y tan precioso, que los cambios físicos son una tontería a su lado.

Un abrazo enorme y...
¡Sonreíd mucho!



Pd: No olvidéis añadir a la lista digestiones difíciles, dolor lumbar, visitas contínuas al wc, gingivitis y hasta puede que hemorroides....y no, no intento asustaros. ;)

1 comentarios:

brujas0361 dijo...

Hola guapisima, lo primero enhorabuena por tu nene y espero que todo os vaya muy bien, y lo segundo es que estoy embarazada de un mes y la verdad es que me preocupa mucho las grietas tanto del pecho como de la barriga, me podrías decir que crema te mandó la comadrona?. Gracias y espero leer más post de este tema ya que estoy muuuyyy interesada. Besos

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